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lunes, 29 de abril de 2013

Significado básico de la homosexualidad

RICHARD COHEN
1.       Necesidad de amor del padre del mismo sexo
La mayoría de las historias de los casos demuestran que los   pensamientos y sentimientos homosexuales se originan en experiencias preadolescentes. Por tanto, la homosexualidad es básicamente una condición no –sexual. La necesidad de amor homosexual es esencialmente una búsqueda del padre. Lo que el homosexual busca satisfacer son necesidades normales de vínculo que han quedado anormalmente insatisfechas en el proceso de maduración. Es decir, un hombre busca el amor de su padre en otros hombres y una mujer busca el amor de su madre en otras mujeres. Por tanto, el impulso es de reparación, buscando sanar necesidades de amor insatisfechas. Es un impulso reparativo homo-emocional.
 Estas necesidades de amor emocional más profundas no pueden ser satisfechas nunca a través de relaciones sexuales. Se ha probado y demostrado que el sexo ni sana ni satisface las necesidades de amor más profundas. Sólo a través del vínculo sano, curativo, no sexual tendrá lugar el cambio verdadero y duradero.

2.       Necesidad de identificación de género.
El homosexual siente una carencia de masculinidad o feminidad en sí  mismo o sí misma y busca satisfacer esta necesidad por medio de otro hombre o mujer. Esto sucedió debido a una relación distante o alterada entre padre e hijo o madre e hija en la temprana infancia o adolescencia.

La identidad de género es una consciencia de la propia masculinidad o feminidad. En el homosexual, existe un sentimiento de inadecuación y de falta de plenitud en la esencia interior de su ser. Por tanto, buscan la parte perdida de sí mismos en otra persona. Por medio del contacto sexual o unión con alguien del mismo sexo se sienten al menos momentáneamente, plenos y más completos. Por ejemplo, el desarrollo heterosexual de un chico presupone que en un escenario temprano, se des-identifique de su madre y se identifique con su padre. Una y otra vez, las historias de casos han demostrado que si hay una ruptura en la relación entre chico y padre en la temprana infancia, por lo que no puede decir con orgullo: “Quiero ser como mi padre,” luego el chico desarrolla fácilmente un sentimiento de inseguridad sobre su masculinidad incipiente. Se siente alienado de su padre y, como consecuencia, también se sentirá pronto de sus compañeros varones.
 Estos desarrollos refuerzan su inseguridad sobre su identidad de género, por lo que, cuando es adolescente, comienza a admirar aquello con lo que nunca pudo relacionarse: el mundo masculino. Esta admiración toma con frecuencia rasgos eróticos y él “desea” la masculinidad porque nunca la ha tenido interiorizada de forma suficiente.

3.       Miedo a la intimidad con alguien del sexo opuesto.
En el caso de un homosexual varón, puede que haya existido un vínculo entre madre e hijo de intimidad desordenada. Cuando las necesidades emocionales y físicas de una madre no son satisfechas por su esposo, ésta puede refugiarse en su hijo en búsqueda de consuelo y apoyo. Esto no se hace generalmente con un intento consciente de hacer daño. Sin embargo, tiene un efecto profundo y nocivo sobre el desarrollo psicosexual del hijo. Puede que se sobre-identifique con su madre y la feminidad y se des-identifique de su padre y la masculinidad.
 Posteriormente en la pubertad, este hijo puede experimentar atracción sexual hacia su madre. Este sentimiento puede conducir a una culpa extrema y a la represión de un impulso sexual normal hacia las mujeres. Entonces puede volverse hacia los hombres en busca de intimidad y sexo, no queriendo “traicionar” a su madre, volver a experimentar su culpa. Este proceso puede ser totalmente inconsciente.
 En el caso de una mujer lesbiana, puede que haya sufrido un abuso por su padre o por algún hombre significativo de su vida. El abuso pudo haber sido sexual, emocional, mental o físico. Esto la deja profundamente traumatizada por los hombres. No queriendo volver a experimentar el recuerdo del abuso, se vuelve a otras mujeres en búsqueda de consuelo, amor y comprensión.
 En otros casos, una mujer puede sobre-identificarse con su padre, tomando una naturaleza y apariencia más masculina para ganarse el afecto y aprobación de su madre. Estos tres factores –(1) necesidad de amor del padre del mismo sexo, (2) necesidad de identificación de género y (3) miedo del sexo opuesto son los ingredientes principales que producen la homosexualidad.

jueves, 25 de abril de 2013

Falsas homosexualidades y trastorno obsesivo-compulsivo


Por Ángel García Prieto. Psiquiatra

El “trastorno obsesivo‐compulsivo” es una afección psíquica que padece aproximadamente un 2 por ciento de la población, según diversos estudios epidemiológicos. Se caracteriza fundamentalmente por el sufrimiento de “obsesiones y compulsiones”, que son ideas y actos repetitivos y ritualizados que el paciente vive como absurdos y exagerados, pero que se ve obligado a realizar a su pesar por la enorme ansiedad con que van acompañados. Llegan, en los peores momentos a suponer una notable dificultad para la realización del trabajo y la vida cotidiana del paciente y también alteran la relación de éste con las personas con quien convive.

Este trastorno, por lo general, comienza a presentarse en la adolescencia o en la primera juventud  ‐ aunque pueda, en menos casos, también hacer su primera aparición en la edad adulta‐. Como no es nada infrecuente que en determinados momentos de la adolescencia las chicas y los chicos se planteen problemas interiores respecto a su identificación sexual, este tema puede  ‐  y de hecho llega a serlo en un buen número de casos  ‐  hacerse obsesivo: bombardea con insistencia el pensamiento, la imaginación y los sentimientos del adolescente, creándole una notable inquietud y desasosiego interiores que le hacen dudar de su heterosexualidad, e incluso a sentirla perdida.

En esas situaciones la verdadera realidad del mundo psicológico de dichos adolescentes o jóvenes es que padecen un trastorno obsesivo  ‐ acompañado o no de compulsiones  ‐ y así debería ser considerado y tratado. Pero, lamentablemente, algunos se sienten influidos por compañías, ambientes y situaciones de práctica homosexual y acaban intentando aplacar su ansiedad en conductas propias de ese peculiar modo de orientación sexual.

Este planteamiento no es una cuestión teórica,sino una realidad clínica que se ve en la práctica psiquiátrica con cierta frecuencia. Y que nos hace suponer a los profesionales de la especialidad que existen un número de casos aún mayor que no han acudido nunca a la consulta psiquiátrica, ya que es normal que sólo un porcentaje mayor o menor ‐ “la punta del iceberg”, como se dice coloquialmente  ‐ de personas que padecen unas u otras afecciones psiquiátricas busquen la ayuda de esta especialidad médica.

Es una lástima que esas personas elijan un camino vital equivocado, abocados por un trastorno psíquico, cuando el tratamiento del problema obsesivo de base les podría permitir su verdadera orientación heterosexual

lunes, 22 de abril de 2013

Adicción sexual. Un modelo fisio-psicológico para tratar al trastorno obsesivo compulsivo


Introducción


A. Dean Byrd,
Ph.D., MBA, MPH

Las adicciones sexuales parecen ser el centro del escenario de muchos de los hombres que trato. De hecho algunas de las características de riesgo citados por Jeffrey Robinson son quizá predisponenentes a la adicción: sensibilidad emocional, un grado inusual de la introspección (la preocupación por ser diferente) y el perfeccionismo. La fuerza de algunas de las adicciones sexuales, según lo determinado por el gran número de pacientes y la preocupación por fantasías sexuales parecen aproximarse a las drogodependencia. Uno de los mejores modelos de tratamiento es el modelo psico-fisiológico desarrollado por Jeffrey Schwartz en 1996. El objetivo del modelo es cambiar la forma en que funciona el cerebro.
En primer lugar, es importante hablar de la adicción sexual como un trastorno obsesivo-compulsivo. ¿Cuál es la diferencia entre un trastorno obsesivo-compulsivo de eje I y II ? Por supuesto, es si la persona está angustiada por el trastorno. En el trastorno del Eje I, el individuo se siente la angustiado y en el trastorno del Eje II, otros sienten la angustia! Eso es, en el trastorno del Eje II, hay mínima angustia, si es que la hay. Tenga en cuenta que este modelo no funciona bien con los trastornos del Eje II. Por lo tanto, es importante determinar si el individuo está afligido por la adicción sexual o no. Puede que el terapéuta tenga que realizar un trabajo terapéutico significativo antes de la introducción de este modelo.

Definiciones
Veamos algunas definiciones primero. Las obsesiones se definen como pensamientos angustiosos no deseados e imágenes mentales. De la palabra latina que significa para "asediar", el pensamiento no deseado hace exactamente eso: te asedia. Estos pensamientos crean ansiedad, angustia y estragos. Las compulsiones son actos o comportamientos que un individuo realiza una y otra vez para aliviar de alguna manera las inquietudes provocadas por las obsesiones. Bastante interesante, la realización de la conducta en realidad aumenta las obsesiones. El comportamiento no elimina las obsesiones. Con frecuencia, la persona que actúa por el comportamiento compulsivo termina con obsesiones aumentadas acompañadas de rituales.

Puntos clave
Hay una relación entre lo que pensamos y hacemos y nuestros cerebros. La psicología y la biología han sospechado durante mucho tiempo esto, pero sólo recientemente han encontrado apoyo en la literatura científica: funcionalismo causa estructuralismo. Traducido esto significa que la adicción sexual como otros comportamientos obsesivo-compulsivos provoca una respuesta bioquímica en el cerebro. Investigaciones recientes han sugerido que en realidad se puede cambiar el modo en que el cerebro responde a los pensamientos e impulsos. Puede cambiar físicamente la manera que su cerebro funciona.

Los siguientes puntos son importantes para recordar en nuestra discusión:
  • La adicción sexual está relacionada con un desequilibrio bioquímico en el cerebro
  • Las obsesiones son pensamientos intrusivos no deseados
  • Las compulsiones son comportamientos no deseados, repetitivos
  • Hacer las compulsiones empeora los pensamientos obsesivos
  • Cambiar su comportamiento crea experiencias que cambian la química de su cerebro

En esencia, no es cómo te sientes, pero lo que haces es lo que cuenta.


Requisitos comunes
Las siguientes condiciones previas para las adicciones sexuales encuentra un importante apoyo en la literatura científica:
  • Una alta probabilidad de una familia caótica de origen, donde el daño a la autoestima ha impactado negativamente tanto a la intimidad (cómo estar cerca) y dependencia (en quién confiar)
  • Una historia de abuso - emocional, físico y / o sexual, con las consecuencias que se acompañan de sentimientos de indignidad y abandono
  • Adicciones, sexuales y de otros tipos, entre miembros de la familia

Es importante entender que tales condiciones no predeterminan, sólo predisponen. Es decir, en aquellos individuos que se presentan con adicciones sexuales, hay una probabilidad más alta que lo normal de que estas condiciones previas estén presentes. Sin embargo, la presencia de las condiciones previas no hacen automáticamente que un individuo tenga una adicción sexual.


El ciclo de la adicción
El ciclo de la adicción comienza con una preocupación en el estado de ánimo del individuo, que parece atada con pensamientos de sexo. Al borde de un estado de trance, la persona comienza una búsqueda obsesiva de estimulación sexual. La segunda fase del ciclo es un proceso de ritualización.  Hay una rutina ritualizada  previa a la conducta sexual, aproximando una especie de auto-preparación. Este ritual intensifica la preocupación, intensificando la excitación y la emoción. La tercera fase es el comportamiento en sí mismo. Este comportamiento sexual compulsivo es el objetivo final real de la preocupación y la ritualización. Los adictos sexuales se sienten obligados a realizar la conducta sexual. La última fase del ciclo es la desesperación. Este es el sentimiento de desesperanza absoluta sobre el comportamiento. Los signos de la adicción son muchos, pero normalmente incluyen lo siguiente:
  • Patrón de comportamiento fuera de control 
  • Consecuencias graves debido a la conducta sexual
  • La incapacidad para detener el comportamiento a pesar de consecuencias adversas
  • Búsqueda persistente de comportamiento autodestructivo o de alto riesgo
  • Deseo permanente o esfuerzo para limitar el comportamiento sexual
  • Un número creciente de experiencias sexuales, porque el nivel actual ya no es suficiente
  • Cambios severos de humor alrededor de la actividad sexual
  • Enorme cantidad de tiempo consumido en obtener experiencias sexuales
  • El descuido de importantes actividades sociales, laborales y / o recreativas debido al comportamiento sexual
Tratamiento descrito
El enfoque del tratamiento fue desarrollado por el Dr. Jeffrey Schwartz de la UCLA. Su libro, Brain Lock, se basa en la idea de que las adicciones son resultado de que el cerebro está atascado e incapaz de cambiar. Su enfoque está diseñado para ayudar al cerebro a cambiar. Cabe señalar que el Dr. Schwartz ha sido capaz de utilizar escáneos cerebrales para documentar los cambios en el cerebro antes y después del proceso de tratamiento.

Las etapas de este modelo de proceso se describen de la siguiente manera:
  • Re etiquetar: En esta etapa se etiqueta el pensamiento intrusivo o impulso de ejecutar el comportamiento problemático como exactamente lo que es: un pensamiento obsesivo. Usted reconoce claramente la realidad de la situación. No se deje engañar por los sentimientos. Comience verbalizar: "Tengo una obsesión, una necesidad compulsiva. Me está molestando otra vez." El reconocimiento incluye la admisión y puede realmente ayudar a frenar el proceso de la compulsión.
  • Reasignación. A menudo, esto puede reflejar lo que has aprendido en terapia. El impulso puede haber surgido de las necesidades insatisfechas o problemas no resueltos, muchos de los cuales se observaron en las condiciones previas. Una frase usada a menudo por los pacientes es que tales impulsos son intentos, a menudo distorsionados, para satisfacer las necesidades legítimas.
  • Vuelva a enfocar. No trate de ocultar el problema, pero a su vez enfoque su atención a pensamientos y comportamientos más constructivos. Sólo describa los impulsos por lo que realmente son: mensajes falsos proporcionados por su cerebro. Centrar la atención en otras conductas-hacer algo útil y positivo. Mediante la realización de una conducta alternativa, saludable, estarás reparando activamente la "caja de cambios" en el cerebro. Una vez que hayas aprendido a enfocar de una manera coherente, la siguiente etapa en este proceso seguirá naturalmente.
  • Revalorizar. Usted revalorizar los pensamientos e impulsos que puedan surgir. A continuación, aprenderá a devaluar los pensamientos no deseados tan pronto como se presenten.

En resumen, el escenario reetiquetado ayuda a entrenar a identificar lo que es real y lo que es falso y te ayuda a no ser engañado por pensamientos intrusivos e impulsos. La reasignación ayuda a entender que los pensamientos no deseados e impulsos son simplemente ruidos, falsas señales de su cerebro. A medida que reatribuyes, te centras en las formas en que puedes satisfacer las necesidades reales de la intimidad con otros. Al modificar el enfoque, se aprende a responder a las señales falsas en más formas novedosas y positivas, trabajando alrededor de las señales falsas y haciendo hincapié en las formas en que se pueden satisfacer las necesidades legítimamente. Su verdadero ser puede comenzar a emerger. Su vida ya no gira en torno a sus luchas, sino alrededor de una persona más positiva. Aquí es donde la mayor parte del trabajo está hecho. Por último, la revalorización ayuda a que todo el proceso sea más placentero. Aprender a revalorizar los viejos pensamientos e impulsos le ayudará a que éstos tengan un menor impacto en su vida.

¿Es mala la masturbación?


"Yo soy Cristiano y tengo un problema que me avergüenza. Necesito saber si la masturbación es mala ante los ojos de Dios."
—Troy

Yo sé que fue difícil para usted escribir esta carta, Troy. Así que quiero darle un consejo que le ayude con este asunto.

La masturbación es el acto sexual más practicado y el que menos se discute. Mucha gente lo hace, pero difícilmente cualquiera hablará de ello. Usted sabe Troy, que yo iré siempre a la Biblia para encontrar respuestas a preguntas difíciles. Aunque en ninguna parte en la Biblia es la masturbación mencionada.
¿Qué hacemos entonces? De todos modos iré a las Escrituras. Aunque la masturbación no es mencionada, la Biblia tiene mucho para decir sobre sexualidad. Hay principios en palabra de Dios sobre sexualidad que deben aplicarse a la masturbación. Yesos principios nos muestran, creo yo, que la masturbación es mala a los ojos de Dios.
Para comenzar, Troy, piensa sobre uno de los propósitos de Dios para el sexo: El sexo fue creado por Dios para ayudar impedir la “soledad” del hombre (Gen 2:18). El sexo se hizo, claramente, para dos personas - que es el porqué la masturbación va en contra del propósito de Dios para la sexualidad.
También, debemos pensar sobre lo que casi siempre acompaña a la masturbación: la fantasía sexual. Imágenes, fotos, películas - ellas proveen material para que la gente cree sus propias fantasías sexuales. Y fácilmente podemos llegar a ser adictos a este tipo de fantasías. En Proverbios 12:11, se nos dice que "el que sigue a los vagabundos (los que tienen fantasías) es falto de entendimiento."
Pablo, en 1 Corintios 6:12, nos pide que vivamos en la realidad, no en la fantasía. También nos dice que no seamos dominados por nada. Puede ser difícil de comprender, Troy, pero la masturbación puede hacerle gran daño sexualmente. Su placer y estimulación sexual puede llegar a estar atada a imágenes que no son la realidad, que únicamente existen en su cabeza. Su futura vida sexual dentro del matrimonio podría sufrir.
Finalmente, la masturbación puede llegar a ser un sustituto para las relaciones saludables con otra gente. Algunos adolescentes cometen el error de elegir la masturbación como una manera malsana para tratar con su soledad, depresión, o frustración. Ellos se vuelven a la masturbación como un sustituto emocional para sus problemas.
¿Así que cómo puede superar usted el problema de la masturbación? Primero, Troy, usted debe recordar que Dios le ama. Y no odie sus impulsos sexuales. Dios nos hizo a cada uno de nosotros con este tipo de sentimientos. Estos pueden ser difíciles de tratar, pero Dios puede ayudarle con ellos a medida que usted lo hace el dueño de su vida sexual.
La masturbación es casi siempre un síntoma de una necesidad más profunda. Así que Troy, mire bien en su corazón y su mente. ¿Qué le motiva a masturbarse? ¿Es usted solitario? ¿Se deprime usted? ¿Tiene miedo de salir con alguien? (¿No invierte usted tiempo para conocer estudiantes en un buen grupo de jóvenes?)
Encuentre a alguien - alguien en quien pueda confiar - que le ayude con este problema. Puede ser su pastor juvenil o un amigo muy cercano. Pidale que le acoja responsablemente y ore con usted. También trabaje duro para hacer algunos nuevos amigos. De esa manera usted puede socializarse en vez de fantasear.
Finalmente usted debe evitar cualquier cosa (como revistas, programas de TV, o películas) que canalice sus impulsos sexuales en fantasías. Yo le he dicho siempre a los adolescentes y estudiantes que lo que ponen en sus mentes saldrá en sus vidas - "basura adentro / basura afuera."
Troy usted ha tomado un paso muy difícil para resolver un problema difícil. Estoy orgulloso de usted. Y sé que Dios lo ama, y Él está orgulloso de usted. Y la más que todo, Dios le ayudará. Yo sé que lo hará..


Traducción: Diego Pineda M.
Author: Dawson McAllister of Dawson McAllister Live!
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domingo, 21 de abril de 2013

La AMS en el desarrollo sexual

Gerard J.M van den Aardweg
                       
El hombre tiende por naturaleza a identificarse con su propio género. Un chico quiere pertenecer al mundo de los demás chicos y hombres, al igual que una chica a de las otras chicas y mujeres. El deseo de ser reconocido como uno de los chicos (o chicas) es también algo innato en chicas y chicos con sentimientos de inferioridad en su feminidad o masculinidad, respectivamente.
Un sentimiento continuado de inferioridad genera autocompasión y autodramatización. La conciencia penosa de ser diferente, en el sentido negativo del término, estimula el deseo de reconocimiento y aprecio por parte de los que son idealizados, para poder ser uno de ellos. Esto es comprensible ya que está basado en una compasión de intensidad infantil: "¡Pobre de mí! Desearía ser como ellos..." o: "¡si sólo uno de ellos reparara en mí, si se cuidara de mí!". El adolescente afligido que se compadece busca un contacto por encima de todo: comprensión, consuelo, compasión, afecto. A esto, se añade un sentimiento de soledad y, a menudo tiene dificultad en relacionarse con los demás y será fácil comprender que el deseo de llegar a ser amigo de alguien admirado puede alcanzar gran intensidad. Esto ocurre, en primer lugar, en la imaginación del adolescente. Él puede "enamorarse" (de esta manera peculiar) de algunos compañeros de su edad, a menudo un poco mayores que él. Normalmente es un amor a distancia.
         En cualquier caso, la tendencia íntima emocional es la siguiente: "¡Nunca se hará realidad! ¡Nunca lograré su atención y su amor!". Es un deseo de aprecio y "calor" impulsado por la autocompasión, propio de la edad en la que la inclinación sexual, aún vaga, empieza a despertar. Esta necesidad de "calor" puede conducir a fantasías eróticas íntimas con algún amigo admirado. En otros casos, el adolescente no tiene claros los deseos de cercanía y contacto físico, aunque más tarde pueda darse cuenta de que estaban latentes.
          Mirar intencionadamente a los otros chicos jóvenes por la calle es quizá el rasgo más común del despertar de los intereses homoeróticos. Se quiere tocar y acariciar el objeto de admiración y ser acariciado por él, estar cerca de él, intimar con él, captar su atención y "calor". "¡Si me quisiera...!", es la respuesta habitual del chico. La extensión natural de esta necesidad de "calor" y amor es una avidez erótica; no debe extrañar, puesto que en una fase particular del desarrollo psicológico -pubertad e inicio de la adolescencia- el instinto sexual se encuentra en una etapa de crecimiento, aún no ha alcanzado su meta final: el sexo opuesto. Por lo general, es posible que un chico -durante esta fase de madurez progresiva de sus emociones sexuales- desarrolle sentimientos eróticos hacia miembros de su propio sexo. Esto ocurrirá más fácilmente en el caso de chicos o chicas que se sientan excluidos, solos, inferiores y deseosos de "calor". Su admiración por la apariencia física o la personalidad de los demás toma entonces una dimensión erótica. Los sueños eróticos estando despierto o las fantasías de la masturbación se centran en torno a personas idolatradas del mismo sexo y se manifiesta el deseo homosexual.
            En casos normales, el interés temporal -más o menos erótico- por miembros del mismo sexo desaparecerá cuando el chico (o chica) crezca y descubra los aspectos sexuales, mucho más atractivos, del sexo opuesto. Sin embargo, este interés adquiere especial importancia en el caso de chicos autocompasivos, abrumados por sentimientos de inferioridad acerca de su identidad sexual. Tanto para un niño como para un adolescente, el contacto corporal con alguien admirado supone la plena realización del apasionado deseo de amor y aceptación, la máxima felicidad. Ese contacto hace desaparecer, en la mente patética del adolescente, toda miseria interior, inferioridad y soledad. De esta forma, durante la adolescencia, puede crearse un engranaje entre el deseo de contacto de un niño que se siente merecedor de compasión y el erotismo.
            El deseo por alguien del mismo sexo es pasivo, un afán por ser querido. No es, por tanto, una experiencia feliz y gozosa como la del enamoramiento normal; el sentimiento de fondo es de desesperanza, de dolor. Esta búsqueda de amor está, por supuesto, dirigida al propio ego (el amor homoerótico es egocéntrico y "narcisista").
            Sentimientos homoeróticos como los descritos en este esquema pueden ser bastante débiles al principio, pero van aumentando constantemente en intensidad, causada a menudo por sentimientos de soledad y por las fantasías eróticas de la masturbación. En cualquier caso, esta búsqueda erótica de niño autocompasivo, se convierte en una entidad independiente en la vida emocional; es lo que llamamos "complejo". Es como si la mente hubiera adquirido una dependencia de esta mezcla de autocompasión y anhelo erótico.
            Muchas personas con tendencias homosexuales perciben su inclinación sexual como una obsesión, crónica o temporal. Sus sentimientos sexuales absorben a menudo gran parte de su atención, ocupan su pensamiento, mucho más que en los heterosexuales. Los impulsos homosexuales tienen realmente un carácter compulsivo, por lo que se asemejan a otros trastornos neuróticos, tales como fobias, preocupaciones obsesivas y neurosis obsesivo-compulsivas (causas de la inquietud del paciente). La principal fuerza de esta vehemencia es la insatisfacción inherente al complejo de inferioridad, motivo por el que el deseo es insaciable (puesto que el complejo se producirá siempre de nuevo).
            Una correspondencia o relación homosexual no puede satisfacer o proporcionar ningún tipo de felicidad, exceptuando pequeños "flashes emocionales". El compañero ideal sólo existe en la imaginación insaciable del paciente que sufre este complejo y, así, nunca lo encuentra. El sociólogo alemán Dannecker, homosexual confeso, fue objeto de las iras del movimiento homosexual al declarar explícitamente que la "amistad homosexual fiel" era un mito. Dicho mito -afirmó cínicamente- tendría su finalidad en acostumbrar a la sociedad al fenómeno homosexual. La "amistad duradera" se vende fácilmente. Tenemos que aceptar este fenómeno en su plena realidad y conseguir que lo acepten las masas. La realidad, admite, es que buscamos muchos partners forzados por nuestra "inclinación". Dannecker corrobora su afirmación con estadísticas sobre el número de partners de los que tienen tendencias homosexuales, comparado con el de los heterosexuales5. Lo que dice no es nuevo. Confirma el carácter compulsivo y frenético de la homosexualidad: ser "gay"* no es algo "gozoso", sino una psico-dependencia.
            Un ejemplo del curso inevitable de los acontecimientos es el testimonio de un hombre con tendencia homosexual, que creyó haber encontrado, después de muchos años, un compañero al que amar realmente toda la vida: "Al principio creí que realmente me había encontrado a mí mismo en esa relación. Estaba convencido de que todas las desgracias que tuve en mi pasado eran debidas a la necesidad de un amigo estable. Sin embargo, lo raro fue que esa misma inquietud volvió de nuevo. Una vez más, me vi en la necesidad de dar rienda suelta a contactos furtivos, a pesar de la buena relación que mantenía con mi compañero (durante un par de meses)". La conclusión de este hombre fue que la homofilia es realmente una compulsión neurótica. De todas formas, no había decidido si quería deshacerse de ella..

miércoles, 17 de abril de 2013

Es mito que la homosexualidad sea genética

No existe evidencia científica alguna que indique que las personas homosexuales nazcan con esa orientación sexual, más bien juegan un rol importante las experiencias y el entorno social.




martes, 16 de abril de 2013

Ex presidente de APA afirma que es posible el cambio


Nicholas Cummings fue presidente de la Asociación de Psicología Americana (APA). En este breve video afirma que aquellas personas con atracciones homosexuales tienen derecho de la opción por el cambio y que  es posible el éxito en muchos casos.


domingo, 14 de abril de 2013

El problema del "matrimonio" gay analizado racionalmente


Cada vez que escuchamos a políticos, activistas gay, periodistas o cualquier particular hablar a favor de la legalización de las bodas homosexuales, se esgrimen argumentos básicamente relacionados con la igualdad de derechos y la no discriminación. Por ejemplo, el colectivo gay está haciendo su campaña bajo el lema: ‘los mismos derechos, con los mismos nombres’.

Prácticamente se ha abandonado la discusión sobre los aspectos psicológicos de la homosexualidad. Es decir, ya no se debate sobre si la homosexualidad es una sexualidad completamente equiparable a la heterosexualidad. En otras palabras, el debate se ha centrado en el Derecho Civil, en la igualdad de oportunidades y en las libertades individuales.

Cuando por unos instantes nos detenemos a analizar y racionalizar estos argumentos, no podemos evitar caer en algunos cuestionamientos sobre su veracidad, que ponen en jaque la lógica y la racionalidad.

Valoración del argumento de la homofobia    
Lo importante a tener en cuenta es que cuando entramos en la evaluación de estos argumentos, no estamos haciendo un juicio de valor sobre la homosexualidad ni tampoco sobre las personas homosexuales. Tomar partido en un sentido u otro sobre el matrimonio homosexual es hacerlo sobre una idea, sobre un hecho o situación, pero no sobre las personas de una orientación sexual determinada.

Por lo tanto aquí no tiene validez el término “homofobia”. Por otro lado la palabra “homofobia” es un término anticientífico que no está presente en los manuales de psicología o psiquiatría. En realidad es un término mediático utilizado abusivamente por algunos para la estigmatización de personas que se oponen a la legalización de las bodas homosexuales.

De este modo no resulta contradictorio que una persona pueda amar y respetar a los homosexuales como a cualquier otra persona, pero no estar de acuerdo con la legalización de las bodas gay. Una cosa no quita a la otra. Una cosa es rechazar un hecho, una conducta, un hábito y otra cosa muy distinta es rechazar a un ser humano.

Por ejemplo, en la Ciudad de Buenos Aires, se ha sancionado una ley que prohíbe fumar en espacios cerrados. Aquí está claro que no hay una fobia u odio a los fumadores, sino un simple rechazo a su hábito.

Valoración del argumento de la desigualdad de derechos
Cuando analizamos el argumento de “igualdad de derechos para todos” debe de antemano existir una situación de desigualdad, de lo contrario esto sería falso. La supuesta desigualdad planteada aquí es la imposibilidad de contraer matrimonio con quien uno ama. Si tomamos a esta premisa como verdadera, se deduce que el amor es el requisito fundamental para contraer matrimonio. Entonces la simple lógica nos indica que el matrimonio debe extenderse a todas las uniones donde esté presente el amor.

Por ejemplo, es bastante común encontrar primos enamorados, un adolescente menor de edad enamorado de una mujer mayor, grupos de más de dos personas (polígamos), un hombre que ama a una mujer que ya está casada, etc.

El amor también está presente en aquellas parejas que no son sexuales. Todos conocemos algún caso de dos ancianos conviviendo juntos o dos amigos. Conocemos familias de tío y sobrino, de abuela y nieto y así muchas otras que tienen como común denominador el amor y la responsabilidad en la convivencia. Numéricamente, todas estas situaciones son muchísimo más usuales que las parejas de homosexuales.

Por tanto, si tomamos como verdadero el argumento de ‘tengo derecho a casarme con quien yo amo o con quien yo elijo compartir mi vida’, deberíamos extender la institución del matrimonio para todas y absolutamente todas las relaciones de convivencia donde exista el componente del amor. De lo contrario, si sólo lo hacemos con las parejas de homosexuales, estaríamos haciendo uso de la discriminación injusta, ya que consideraríamos que su forma de amar es mejor frente a otras.

A su vez, si el matrimonio fuese una institución legal que debe adaptarse a la orientación sexual de cada individuo, deberían tenerse en cuenta todas las orientaciones sexuales existentes, sin importar cuán bien toleradas son socialmente. Por ejemplo, asumiendo como correcto este argumento, la prohibición de que un bisexual pueda casarse con una persona de igual y con otra de distinto sexo al mismo tiempo, es discriminatorio, ya que no se está respetando la orientación del bisexual y no tiene derecho a desarrollar su vida en el marco de una figura legal que le permita su plena expresión.

Es así que el sentido común y la simple lógica nos permite teorizar que ni el amor ni la orientación sexual son fundamento del matrimonio.

Frecuentemente escuchamos expresiones del tipo: ‘tengo amigos homosexuales y son muy buenas personas’, ‘las parejas de homosexuales son una realidad’. Pero tampoco el matrimonio está dirigido hacia buenas o malas personas o a individuos con una orientación sexual dada, como tampoco a formas de convivencia que ‘son una realidad’, sino que lo está a dos personas de distinto sexo y nada más.

¿Son tantos como se dice?
El hecho de que sean una realidad, de que existan parejas de homosexuales no significa que sean miles y miles como a veces se escucha. Por citar algunos ejemplos, en los Estados Unidos las parejas homosexuales constituyen, aproximadamente, el 0,2% del número de matrimonios. En Suecia, entre los años 1993 y 2001 la tasa de incidencia fue del 0,67%. En Noruega, entre los años 1993 y 2001 se registró una tasa de incidencia del 0,54%. En España, según el censo del Instituto Nacional de Estadística, representan el 0,11% de todas las uniones(1)
En la Ciudad de Buenos Aires, en el año 2007, hubo tan solo poco más de sesenta uniones civiles homosexuales (2)

Si tomamos como cierto el argumento de que los países más civilizados tienen aprobado el matrimonio entre dos personas del mismo sexo, entonces estamos obligados a considerar que el 97% del planeta Tierra es arcaico, retrógrado y homofóbico, ya que solo muy pocos países y Estados han sancionado esta ley. Por el contrario ni los Estados Unidos, ni Francia, ni Suiza, ni Italia, ni Lituania, ni Escocia, ni Australia por citar tan sólo unos ejemplos, tienen legalizado el matrimonio entre homosexuales.
Por el contrario, en Estados Unidos, cada vez que se somete el debate a consulta popular, los votantes eligen no respaldar el matrimonio homosexual. Esto ha sucedido en Maine, Colorado, Wisconsin, Virginia, Dakota del Sur, Idaho, Tenesse, Carolina del Sur y en California, mientras que en los estados de Nueva York, Hawaii y Nueva Jersey no se lograron los votos parlamentarios necesarios para su aprobación (3)

Valoración del argumento de la privación de derechos
Otro argumento utilizado a menudo es que a los homosexuales les ‘faltan derechos’, como por ejemplo el de contraer matrimonio. Sin embargo, hasta el día de la fecha, los únicos derechos de los que carecen son el de donar sangre y el de formar parte de las Fuerzas Armadas. Luego, ya gozan de los demás derechos: educación, salud, trabajo, acceso a puestos políticos y cargos públicos, por citar algunos ejemplos. Incluso pueden contraer matrimonio en las mismas condiciones en las que un heterosexual puede hacerlo.

Cabe aquí una aclaración obvia: la prohibición de que dos personas de igual sexo puedan contraer matrimonio rige tanto para los homosexuales como para los heterosexuales. Supongamos que dos amigos viudos heterosexuales de igual sexo desean convivir juntos y compartir sus bienes, sus obras sociales y sus jubilaciones de modo recíproco y para ello deciden recurrir al matrimonio. Evidentemente no podrán hacerlo, simplemente porque son dos personas de igual sexo. De aquí se deduce que el matrimonio no está dirigido a homosexuales o a heterosexuales, sino a dos personas de distinto sexo.

En un debate televisivo un jurista especialista en el tema argumentó que una de las diferencias principales entre una pareja de heterosexuales y otra de homosexuales es que la primera tiene la posibilidad de procrear, mientras que la segunda no. A esto un activista gay contestó ‘entonces habría que prohibir que una pareja de heterosexuales estériles contraigan matrimonio’. Sin embargo, este argumento vuelve a ser falso y hasta incluso vergonzante. Primero porque una pareja de heterosexuales estéril puede por medio de la adopción brindar completamente la figura de padre y madre funcional, lo cual una pareja de homosexuales jamás podrá cumplir. En segundo lugar dos gays podrán ser dos excelentes padres, pero nunca una buena madre. Tercero es lamentable que tengan que recurrir a compararse con una pareja de heterosexuales estériles, siendo la esterilidad un hecho trágico y tan doloroso para quien lo sufre.

Otras veces he escuchado que prohibir el matrimonio entre homosexuales es equiparable a hacerlo entre dos personas de distinta raza (matrimonio interracial). Evidentemente es discriminar injustamente no permitir que dos personas de distinto sexo contraigan matrimonio por ser de distinta nacionalidad o color de piel, ya que éstas son condiciones que pertenecen a la naturaleza intrínseca de la persona, son condiciones innatas, inmutables, no adquiridas. Del mismo modo sería injusto no permitir que un hombre de baja estatura pueda casarse con una mujer alta. Pero nótese que estos ejemplos siempre involucran a un hombre y a una mujer con condiciones innatas e inmodificables. El matrimonio entre dos personas de igual sexo no tiene nada que ver con esto. Por un lado porque cuando expresamos ‘matrimonio interracial’ sin aclararlo, estamos haciendo referencia al contraído por un hombre y una mujer de distinta nacionalidad y, por otro lado, porque la homosexualidad no es una condición ni innata ni inmodificable. El gen gay no existe, ni tampoco la ciencia ha logrado aislarlo como en el caso del color de piel o de la estatura.

Falacia de la orientación sexual
Tampoco la orientación sexual puede ser un derecho humano. Por un lado porque la ‘orientación sexual’ es un término no bien definido y que está causando problemas tanto en el derecho como en la práctica médica, y por otro lado porque si éste fuese un derecho humano, todas las orientaciones sexuales (sean estas toleradas o no socialmente) deberían serlo.

Entidades indeseables
Bajo el argumento del amor y la no discriminación, se están camuflando otras realidades no tan buenas y beneficiosas para la sociedad. Para esquematizar esto, nótese que en los Estados Unidos existe desde hace más de diez años una organización llamada N.A.M.B.L.A(4), (North American Men and Boy Love Association) en castellano Asociación Norteamericana del Amor entre Niños y Hombres, la cual reclama el reconocimiento legal de sus uniones y la no discriminación por diferencia de edad. Cualquiera puede comprobar fácilmente que durante una década ha formado parte de las plataformas de la I.L.G.A. (International Lesbian and Gay Association), en español Asociación Internacional de Gays y Lesbianas y que por ello fue, en la década del noventa, expulsada como miembro consultivo de la O.N.U. (Organización de las Naciones Unidas).

Valoración de la justificación de la adopción
Otro argumento que utilizan los activistas homosexuales con el tema de la adopción de menores es que los homosexuales se desarrollan a partir de familias de heterosexuales.

Nadie niega esta afirmación, aunque de modo parcial, ya que no es que sólo se necesitan un padre y una madre como figuras estáticas, sino que es preciso que ellos sean funcionales, que cada uno ejerza su papel de padre y madre. La conducta homosexual suele desarrollarse cuando la pareja de heterosexuales no logra brindar a su hijo una figura de hombre y mujer que el niño necesita para desarrollo de su personalidad. Entonces, para que la afirmación sea verdadera, la frase debería ser “Los homosexuales se desarrollan a partir de una pareja de padres heterosexuales que fallan en ejercer sus roles de padre y madre.”

Actualmente se entiende que la homosexualidad está condicionada por factores del entorno y que no está determinada genéticamente(5). Coincidiendo con este postulado, varios estudios indican que los niños criados por parejas de homosexuales son de 4 a 10 veces más proclives a desarrollar conductas homosexuales(6), por lo cual, nuevamente, confirmamos que el entorno es un factor de elevada importancia en el desarrollo psicosexual.

En ocasiones se difunde que según algunos estudios, los niños criados por parejas de homosexuales no presentan diferencias significativas con respecto a sus contrapartes criados por heterosexuales. Pero nótese que incluso la frase ‘no presentan diferencias significativas’ nos está indicando que existe algo diferente, aunque aparentemente ‘poco significativo’ ¿Pero qué es ‘poco significativo’? Lo que para algunos puede ser trivial, para otros puede ser contundente y significativo. Esto, nuevamente parece ser una valoración subjetiva y por tanto cuestionable. Estamos frente a una frase engañosa.

Sin embargo, objetivamente, se sabe que estos estudios carecen de rigor científico porque no son longitudinales (no estudian al sujeto a lo largo del tiempo. Lo hacen con niños, los cuales por su edad no tienen definida su personalidad), son poco representativos (toman muestras muy pequeñas) y no aleatorios (las muestras son tomadas de modo selectivo, por ejemplo se estudian niños criados por el propio colectivo homosexual).

La expresión ‘los niños sólo necesitan amor’ es otro caballito de batalla de quienes defienden la adopción de menores por parte de homosexuales. Nuevamente, estamos ante otra frase incompleta. Lo correcto sería decir que ‘los niños sólo necesitan amor diferenciado de padre y madre’, ya que si tomamos como verdadera la primera expresión, estaríamos poniendo al mismo nivel al ser humano y a los animales inferiores, los cuales no necesitan amor diferenciado para su crecimiento.
“También existen niños que son adoptados por una sola persona y no tienen papá y mamá”, con estas palabras un periodista a favor de la adopción de menores por homosexuales intentaba justificar su postura. Sin embargo, otra vez caemos en una mentira, ya que ésta es una situación completamente diferente a la de niños adoptados por parejas del mismo sexo. En la adopción monoparental sólo hay una figura, paterna o materna que se adecúa a la realidad natural de ese rol como en las parejas de heterosexuales. En cambio en la homoparentalidad indefectiblemente coexisten dos figuras maternas o dos paternas, las cuales obligatoriamente avasallan la realidad natural. Pero por otro lado, y aquí está la gran diferencia, los niños adoptados por una sola persona no tendrán ni distorsionados el concepto de matrimonio ni tampoco alterado el significado biológico de un hombre como padre y una mujer como madre. En cambio, en el caso de los niños adoptados por homosexuales, obligatoriamente se les distorsiona el concepto de matrimonio, la polaridad sexual y el rol natural que representan los cónyuges de distinto sexo.
“Pero también hay niños que carecen de papá o mamá ya que uno de sus padres fallecen y carecen de su presencia”. Nuevamente esta comparación es poco feliz e incluso agraviante, ya que se utiliza otro hecho trágico como la defunción de un progenitor para defender la homoparentalidad.
Siguiendo los argumentos esgrimidos por los propios defensores del presente proyecto de ley, la homoparentalidad se asemeja a la situación de un niño cuyo padre o madre ha fallecido y el matrimonio gay se asemeja a una pareja de heterosexuales estériles.
El mismo periodista continuó diciendo: “pero es preferible que sean adoptados por una pareja de homosexuales antes que estén en la calle”. Pero numéricamente hay una relación positiva entre la oferta de parejas de heterosexuales que desean adoptar y la demanda de niños a ser adoptados. Por tanto estamos frente a un argumento ficticio que nada tiene que ver con la realidad.
La historia de Pepe
“Pepe es homosexual y adopta a Martincito como individuo soltero (monoparental). Luego Pepe conoce a Juan y conviven juntos. Por desgracia muere Juan y, por no poder "casarse" con Pepe, no puede dejarle la herencia a Martincito”. Esta es la historia  que un activista gay nos contó en un reportaje televisivo para convencernos de que es necesario legalizar el matrimonio entre dos personas del mismo sexo.

El argumento es falso (7), ya que si Pepe adoptó a Martincito, su cónyuge -sea mujer o varón, siguiendo el ejemplo-, no lo adoptó y, por lo tanto, no es su hijo y, por lo tanto, no va a heredar nada del cónyuge. O sea que el argumento es absolutamente falso, ya que en caso que Pepe se case con una mujer y muere esa mujer, el chico tampoco heredará nada de ella...

Ahora bien, si Juan quiere dejarle bienes a Martincito, tendrá que instituirlo heredero en un testamento. Si no tiene herederos forzosos  -cónyuge, hijos o padres-, Martincito heredará todo. Si tiene herederos forzosos, sólo podría dejarle en herencia lo que exceda de la legítima de los herederos forzosos.

Distinto es el caso de Pepe, quien al adoptar a Martincito como hijo, éste lo hereda igual que cualquier hijo a su padre.

No conocemos fehacientemente cual es el resultado de un niño adoptado en estas condiciones. Por otro lado, hay que distinguir dos realidades distintas: una cosa es que a Pepe el Derecho le permita adoptar un niño por su condición de ser humano soltero, y otra cosa es que el Derecho le otorgue esta posibilidad a una pareja de homosexuales. En ambos casos, el niño se encuentra ante dos esquemas parentales completamente distintos. Una persona homosexual soltera no influye del mismo modo que una pareja gay.

El hecho de que Pepe sea homosexual y pueda adoptar no justifica que haya que legalizar el matrimonio entre homosexuales. Tampoco significa que ese hecho sea bueno y deba ser legalizado. Que una persona pueda hacer algo no es sinónimo de que sea ético o que deba convertirse en ley. Existen innumerables acciones practicadas por muchas personas que corrompen la ética y las buenas costumbres y hasta rozan con el límite de la legalidad, y no por ello deben convertirse en ley.

Recuérdese que no todo lo legal es bueno. Hay muchas leyes injustas.

No se asemejan a otras minorías
Los homosexuales no cumplen con los tres criterios que caracterizan a los grupos minoritarios a quienes se les ha otorgado protección legal especial. Estos criterios son:

-Privación económica
Como grupo, los homosexuales son uno de los mejor posicionados económicamente.

-Debilidad política
 Se conocen decenas de homosexuales que ocupan cargos políticos de elevado nivel.

-Características inmodificables
Los grupos minoritarios comparten características inmutables, no conductuales, como son la raza, la discapacidad o el origen nativo. Los homosexuales son el primer grupo en reclamar el status de minoría debido a su comportamiento. No existe ningún estudio científico que demuestre que la homosexualidad es un fenómeno biológico, como lo hemos mencionado antes. Más que una minoría, los homosexuales estarían mejor ubicados dentro de un grupo de interés especial, por lo cual no es justo que se les otorguen derechos específicos como a las minorías reales.
Tampoco es equiparable la situación de discriminación y estigmatización que sufren los homosexuales como la que han sufrido otros grupos sociales. Para ser más claros, citemos el ejemplo de los individuos de piel negra de los Estados Unidos, que sí cumplen con los tres criterios enunciados anteriormente y que no podían siquiera trabajar dignamente y ganar un salario digno. Eran esclavos de los blancos. Mucho menos tenían derecho a votar y a participar activamente en la sociedad.

Discriminaciones justas e injustas
Cabe aclarar que, simplemente, hay discriminaciones justas e injustas. Un niño de seis años, no se puede casar, no puede conducir un automóvil ni ser admitido en la Universidad. Un inglés no puede votar en las elecciones argentinas, a menos que esté nacionalizado. Y nada de ello constituye una discriminación injusta: son discriminaciones justas, pues justicia no es ‘dar a todos por igual’, sino ‘dar a cada uno lo suyo’. De lo que se deduce que no es lo mismo trato igualitario que trato justo.
La vieja balanza de la justicia se desequilibra cada vez que se pretende ‘agregar’ a los derechos inherentes a la naturaleza humana, ‘derechos’ inventados, meramente positivos y sin fundamento en la realidad.

Tres grupos distintos de homosexuales
Finalmente, existe una profunda división tripartita en la comunidad gay. La primera es la de aquellas personas que sienten atracciones hacia personas del mismo sexo pero rechazan esa orientación y sufren por ello. Este grupo es el más discriminado y ridiculizado por gran parte de la prensa y hasta ignorados por el INADI.

En segundo lugar, existe otro grupo de homosexuales que han decidido vivir un estilo de vida homosexual y lo hacen sin considerar que ello les confiere privilegios (Sra. Rito, cofundadora de la C.H.A y Carlos Perciavale).

En último lugar tenemos el tercer y último grupo, ínfimo, de homosexuales. Éste es el activista gay y es el que hace de su elección sexual una bandería política.
Nótese la palabra ínfimo. Esto es así ya que siendo de antemano un grupo social que ronda como media el 2% de la población mundial(8), sólo una pequeña parte de este 2% pertenece al tercer grupo de homosexuales activistas.

Cuando los políticos en su discurso admiten que la legalización de las uniones homosexuales tiene como fin la inclusión de este grupo social en democracia, estarán entonces refiriéndose a esta tercera ínfima subdivisión.

El político que se declara a favor de la legalización de las uniones homosexuales debería reformular su discurso, ya que no está hablando en representación de todos los homosexuales.

No hace falta ser muy avezado para darse cuenta de esta realidad. Examínese por un momento cuáles son los gestores principales del reclamo por el matrimonio homosexual y se verá que siempre son las mismas caras.

Conclusión
Debatir seriamente exige que los señores senadores tomen una cuota de su tiempo en analizar de modo racional todos los argumentos, tantos los favorables como los contrarios al proyecto de ley en cuestión. Pretender defender ideas por medio de ideologías, desde la subjetividad o hasta incluso desde figuras del medio del espectáculo resulta poco serio, si consideramos que éste es un tema que afecta a los niños. Pero además es necesario erradicar la intromisión forzosa de figuras que no fueron votadas por el régimen democrático para representar al pueblo y que incluso repiten forzosamente sus discursos en todas las audiencias del interior del país. También es necesario que el propio Instituto público Nacional Contra la Discriminación no utilice de modo impreciso y abusivo el término discriminación e implemente políticas antidiscriminatorias para los miles de argentinos que somos estigmatizados por oponernos en democracia al presente proyecto de ley.
No permitir el matrimonio entre dos personas de igual sexo no resulta ser homofóbico, ni discriminatorio, ni retrógrado, ni implica violar derechos humanos. Los argumentos esgrimidos a favor tienen una base completamente subjetiva y poco racional. Para ello se utilizan frases y palabras sensibilizantes y confusas que engañan al político y al público común, y se contradicen con la lógica y el sentido común.

Referencias
1-    Comparecencia de expertos en el Senado español en relación a la adopción de menores por parejas de homosexuales. Dr. Aquilino Polaino Lorente. Catedrático de psicopatología. Universidad Complutense de Madrid. 20 de junio de 2005, Comisión de justicia
2-    BOSCHI, Silvana, “Unión civil: una tendencia que crece”, Diario Clarin, 24/11/2007
3-    Véase el portal www.forumlibertas.com “El matrimonio gay en EEUU, vapuleado en 7 de 8 referendos”  y  “Las uniones civiles se atascan en Hawaii”.
4-    NAMBLA Replies to ILGA Secretariat (Revised) 28 Jan 1994
5-    Pro-Homosexual Researchers Conceal Findings: Children Raised by Openly Homosexual Parents More Likely to Engage in Homosexuality By Trayce Hansen, Ph.D.
6-    Legalizing Same-Sex Marriage Will Increase Prevalence of Homosexuality:Research Provides Significant Evidence By Trayce Hansen, Ph.D.
7-    Agracedemos el asesoramiento de los juristas Jorge Scala y Nicolás Laferriere.
8-    Véanse varios estudios: a- Paul Cameron y Kirk Cameron, b-Debate points: Homosexuality in world History, c- Colorado for Family Values, Colorado Springs, Vol. 27, 1995. d- King et al. 1988. e- Melbye, 1992. Sundet et al, 1988.


Masturbación: ¿Cuál es la perspectiva de Dios?


La mayoría de cristianos solteros luchan con la masturbación.  Muchos se sienten culpables pero a la vez confundidos y abrumados sobre cómo quitarse el hábito. ¿Es posible superar este comportamiento?
Cualquier discusión sobre la masturbación debe comenzar considerando nuestros puntos de vista sobre el sexo en general.  Como en muchas otras áreas, el mundo ha corrompido algo que Dios diseñó para bien.  Hemos rendido culto al placer sexual en vez de recibirlo con acción de gracias.
La forma en que vemos la sexualidad tiene un efecto en nuestras acciones.   Cuando tenemos un pasado de promiscuidad sexual, abuso o desviación, puede ser difícil para nosotros ver la sexualidad como un regalo de Dios.  Él puede ayudarnos a verlo como algo bueno.  Lo que estoy diciendo puede ser llamado “vivir en paz con nuestra sexualidad”.
La sexualidad es la esencia de nuestra existencia.  No podemos separarla de quien somos.  Nuestros cuerpos son obra de Dios.  Por tanto, el sexo —el cual es parte de esa creación— es bueno.

Fin de la soledad

La sexualidad fue creada por Dios para acabar con la soledad del hombre.  Después de crear el mundo, Dios dijo que había un aspecto que “no era bueno”, el hecho de que Adán estuviera solo.  Así que creó a Eva.  El sexo es Su don maravilloso, operando como un imán para acercar a dos personas.
En este contexto, veamos el beneficio de la masturbación.  La masturbación trae un alivio físico, pero nunca puede satisfacer emocionalmente, no es una experiencia compartida.  Está dirigida hacia uno mismo.  La experiencia sexual que fue diseñada para ser compartida con otra persona, es consumada en la soledad en silencio.
La masturbación no nos lleva a relacionarnos.  En vez de resolver nuestro aislamiento, la masturbación contribuye al problema.  En la masturbación estamos tratando de satisfacer nuestro deseo sexual, pero en una forma inmadura.
Quizá esto explica por qué la masturbación nos deja con sentimientos de culpabilidad.  De algún modo cada persona sabe que el sexo fue diseñado para ser compartido y la masturbación no cumple ese propósito.  Pero a menudo la culpa y la insatisfacción asociada con la masturbación nos mantiene en un círculo vicioso de fracaso.  Enredamos cuerdas de vergüenza y soledad a nuestro alrededor.
La solución es encontrada cuando nos alejamos de nosotros mismos.  Mientras más llenemos nuestras vidas dando a los demás, menos nos volveremos hacia el centro de nosotros mismos.

Síntoma de  problemas más profundos

La masturbación puede ser un indicador de un problema más profundo el cual puede no ser sexual.  Pero el problema ha sido tomado en una forma sexual.  Gran parte del tiempo la masturbación es un indicador de una insatisfacción con nosotros mismos y con nuestra vida.  Podemos estar intentando superar el descontento buscando el placer temporal que la masturbación ofrece.  La masturbación usada como una forma de almohadilla nunca tendrá éxito en ayudar a traer satisfacción a la vida de uno.
Nuestra meta es llegar a ser personas maduras.  La masturbación nos mantiene en la inmadurez.  Parte del crecimiento es aprender a subyugar la forma en que manejamos nuestros impulsos sexuales.  Muchos de nosotros nunca hemos aprendido cómo hacer eso.
Algunos psicólogos sienten que crecemos a través de diferentes fases en nuestro desarrollo psicológico.  Crecemos de una fase a la siguiente mientras que aprendemos a permanecer bajo tensión sexual sin transferir nuestros deseos sexuales inmediatamente al placer.
Mientras más aprendamos a controlar la tensión sexual, más energía adquirimos para ayudarnos a madurar.  De acuerdo a esta teoría, comenzamos en la fase autoerótica.  En esta fase nos amamos a nosotros mismos.  La masturbación es considerada parte de esta fase.  Dice, “Soy inmaduro”.
Idealmente pasamos de esa fase a la fase homoerótica.  Pasamos de amarnos a nosotros mismos a tener la capacidad de amar a alguien del mismo sexo, lo cual ocurre en los niños cuando tienen profundos sentimientos de amor por alguien del mismo sexo.  Esto no tiene nada que ver con la homosexualidad.  Es un paso necesario en el crecimiento.
En esta etapa intermedia aprendemos cómo amar a alguien aparte de nosotros mismos, pero aún no somos capaces de dirigir nuestros sentimientos a alguien del sexo opuesto.  En esta fase aprendemos a manejar sentimientos de amor sin transferirlos a acciones sexuales.  Tener tales sentimientos es normal.
La última fase es llamada la etapa heteroerótica.  Esta ocurre cuando hacemos el difícil encuentro con alguien opuesto a nosotros.  Se necesita madurez para encarar a alguien que es diferente.  Tenemos temor, pero este temor es normal.  Se necesita madurez para superar el temor.
Antes que podamos dominar nuestro impulso sexual, necesitamos reconocerlo como un don de Dios.  No lo podemos simplemente desechar.  Ni tampoco podemos orar para que desaparezca.  Desecharlo sería desechar algo que Dios nos dio para que formara parte nuestra.  Nuestro impulso sexual es un regalo de Dios.

Consejos útiles

A continuación se dan algunas sugerencias para ayudarte a madurar más allá de la masturbación:
  • Conoce tu meta.  Tener una meta significa que tienes algo que conseguir.  Pero en vez de tener la meta “quiero dejar de masturbarme”, intenta otro aspecto.  Una mejor meta es, “quiero llegar a ser maduro y crecer en mi masculinidad” (o femineidad, según el caso).  La masturbación nos impide llegar a ser maduros.
  • Reconoce que la masturbación alimenta inseguridad en tu sentido de identidad sexual.  En tu crecimiento fuera de la homosexualidad, estás descubriendo quién eres como hombre o mujer.  El dominar la masturbación, —particularmente si es utilizada como una salida para fantasías sexuales con gente del mismo sexo—, es un paso más para crecer seguro en tu identidad sexual.
  • Reconoce que la represión no es la respuesta.  Tú no puedes reprimir tu impulso sexual y pretender que no existe; eso sólo te traerá frustración.  Tienes que encarar el hecho:  Parte del ser humano es tener un deseo por el sexo. Jesús quiere ayudarte a vivir en paz con esos sentimientos.  Puedes renunciar a la satisfacción de tu deseo de sexo sin reprimirlo.  Mientras que aprendas a renunciar a su gratificación, realmente encontrarás mayor satisfacción que si te rindes a ello.
  • Reconoce la verdad de que tú puedes superar la masturbación.  No es verdad que los impulsos sexuales, si no se cede a ellos, llegan a un punto que estallan. No eres una víctima de deseos incontrolables.  Puedes sentirte como que no puedes dejar de masturbarte.  Puedes pensar que la presión sexual es demasiado irresistible.  Si te sientes así, tu cuerpo te está engañando.
  • Reconoce que va a tomar trabajo de tu parte el desarrollar resistencia para superar tus deseos egoístas de placer.  Recuerda la meta: “crecer en madurez”. El crecimiento a menudo viene acompañado de dolor.  Fue idea de Dios darnos buenos sentimientos.  Pero no vamos a ser regidos por esos deseos.
  • Permite que la gracia crezca en ti.  Tú puedes realmente tener una obsesión de desistir.  Esta obsesión hace que vuelvas tus ojos a ti mismo en vez de volverlos a Dios.
  • Enfócate en el amor de Dios para ti y Su gracia en ayudarte.  Puede ser que caigas, pero puedes levantarte e intentarlo de nuevo.  Fue así como aprendiste a caminar.  Si caes no eludas a Dios.  Acepta Su perdón y regocíjate en tu relación con Aquel que perdona.
  • Practica la abstinencia en otras áreas de tu vida. Otra palabra para abstinencia es “ayuno”.  Cuando ayunas, evitas algo que está permitido, no algo prohibido.  Mientras aprendas a renunciar a cosas que son permisibles, aprenderás a tener más autocontrol sobre áreas que son prohibidas.
    Por ejemplo, disciplina tu forma de comer omitiendo una comida, absteniéndote del chocolate durante una semana, o bebiendo sólo líquidos por un período de 12 horas.  Otro ejemplo es la televisión.  Apaga la televisión durante una noche y pasa el tiempo escribiendo cartas o leyendo un buen libro.
  • Mantén tus luchas con la masturbación en perspectiva.  Creo que este problema es a menudo agravado en proporción a otros problemas en nuestras vidas. Superar la masturbación es sólo una parte del gran cuadro de crecer maduros en Cristo en todas las áreas de nuestra vida.
  • Un punto final:  La masturbación no está específicamente mencionada en las Escrituras.  En áreas en las cuales la Biblia calla, siempre existe la pregunta, “?”
En estas áreas creo que debemos decidir por nosotros mismos utilizando los principios más generales de las Escrituras para ayudarnos.  Otra persona no puede decidir por nosotros, nosotros debemos escuchar al Espíritu Santo.
Quizá Dios no menciona la masturbación porque Él quería que nosotros encontráramos la libertad que la madurez trae consigo.  “Sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo”  (Efesios 4:15).

Jay Stone ha estado involucrado en liderazgo en el programa residencial de Amor en Accióndesde enero de 1991.  Muchos de los pensamientos contenidos en este artículo fueron tomados del libro Mi Hermoso Sentimiento por Walter e Ingrid Trobisch (InterVarsity Press, 1977).

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Traducido del inglés por Oscar Galindo